Yo no me ato jamás a una idea, ni siquiera a las mías. Con frecuencia cambio de opinión; así no aburro a quien me lee. Si hoy digo "negro", quizá mañana diré "blanco". (A lo mejor por eso acabo siempre en gris).
Una idea puede ser muy peligrosa, sobre todo si sólo tienes una.
Muchas de las ideas por las que murieron incontables hombres acabaron finalmente por morir. Por eso soy muy cuidadoso con mis ideas. Las manejo con pinzas (para cejas, pues son ideas pequeñas). De hecho, confío más en mis sentimientos que en mi ideología. Casi todas mis ideas han demostrado estar equivocadas; en cambio, en mis sentimientos nunca erré, al menos en el momento en que los sentía.
-- Armando Fuentes Aguirre. CATON.
Publicado en "De política y cosas peores" - El Norte. 19 de Abril de 2010.
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